Por qué saber separar lo personal de lo profesional te convertirá en un líder más fuerte.
Por Nathan Jamail
En los negocios de hoy, los líderes y las organizaciones deben saber más que nunca cómo sus empleados equilibran las exigencias laborales con las personales. Todo el tiempo, las organizaciones se enfocan en mejorar la producción, las ganancias y el desempeño sin que la moral decaiga. La cuestión es la búsqueda del equilibrio personal y profesional.
Si bien no existen parámetros definitivos para medir el equilibrio, el objetivo real debería ser la separación de lo personal y lo profesional. En busca de este delicado equilibrio, un líder debe entender por qué separar es clave, y entender las consecuencias de que el aspecto personal y el profesional se superpongan.
Con la tecnología que ha revolucionado el entorno comercial, muchos profesionales ya no dejan de trabajar al abandonar la oficina. Esto hace que mucha gente sienta que pasa el día trabajando o al teléfono, no importa dónde esté.
Al mismo tiempo, muchos padres priorizan asistir a los eventos de sus hijos y encuentros familiares usando la misma tecnología en los mismos horarios que el «horario de trabajo regular».
Por tanto, muchas personas hacen dos cosas a la vez, y no hacen ninguna bien. Cuando se superponen así las vidas personal y profesional, ambas se perjudican.
Los trabajos suelen exigirnos que trabajemos hasta más tarde, hagamos horas extra, y pasemos días lejos de la familia.
Esto ocurre porque el trabajo debe hacerse, y un profesional verdadero entiende que quizás deba perderse un evento del hijo o estar lejos de casa en algún momento inoportuno.
Para triunfar en los negocios, hay que hacer sacrificios.
La mayoría de los profesionales de hoy trabajan para mantener a sus familias, y sienten que la vida personal o familiar es lo más importante que tienen.
Las madres quieren ser madres; los padres quieren ser padres, y la gente quiere ser lo que es, no lo que dice su tarjeta personal.
Cuando está en el trabajo, debe estar en el trabajo, sin importar la dinámica o los problemas de su familia: Debe aprender a dejarlos en casa. No permita que los problemas personales afecten su rendimiento.
Cuando está en casa con su familia, debe estar presente. Deje el teléfono y la ropa de trabajo en la puerta. Igual que su compañía, su familia se merece lo mejor.