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Esencialmente, el liderazgo trata de cómo puedes influir en quienes te rodean, y de tu capacidad de orientarlos en una dirección para lograr ciertos objetivos o propósitos.
Kevin Coughlin, escritor y orador motivacional, aconseja que tengamos en cuenta los 12 factores que siguen para mejorar nuestras habilidades como líder, o para identificar en nuestra organización a quienes pueden asumir puestos de liderazgo.
Para cualquier empresa exitosa, la motivación es clave. Recuerda que lo que motiva a una persona quizás no motive a otra. Los verdaderos líderes pueden identificar rápidamente los factores que motivan a una persona para orientarla en cierta dirección, o influir en ella para que tome ese rumbo. Algunos de los más fuertes motivadores son el dinero, el miedo, el tiempo y el poder. En la mayoría de los casos, a las personas las motivan varios factores. Sin embargo, uno predomina. Cuando descubras cuál es y cómo usarlo, tu capacidad de influencia mejorará considerablemente.
La tolerancia es la capacidad de respetar las opiniones de los demás, sin resignar la propia. Es vital entender el contexto de la gente o la organización para darnos cuenta de que quizás no entiendan tu posición. Para esto, hay que ser un excelente comunicador.
La confianza es necesaria para generar el entorno adecuado. Considera los tres lados de un triángulo CAC (creer, agradar, confiar). Siempre tu objetivo es intentar que las personas y las empresas crean, les agraden y confíen en ti y tu compañía. Cuando lo logres, estarás en el camino correcto hacia el éxito profesional y personal.
El propósito es tu misión —las fuerzas que impulsan tu negocio—. Es necesario conocer y entender claramente tu propósito y el propósito de quienes te rodean. En ciertos casos, es posible que tu equipo no entienda del todo el propósito real de su tarea o de la organización. Corresponde al líder transmitir con eficacia a los demás su misión y propósito. Los líderes conocen su propósito y el propósito de quienes los rodean.
Los grandes líderes tienen una visión clara de cómo debe ser el futuro ideal. Es importante que la visión incluya valores y es fundamental que un buen líder se asegure de que su gente esté de acuerdo con su visión. De otra forma, tendrás problemas.
Quizás parezca algo sin importancia, pero una actitud positiva puede hacer una gran diferencia. Por el contrario, una actitud negativa también puede hacer una gran diferencia… de manera adversa. Las personas y las organizaciones se alimentan de los líderes y aquellos con actitud positiva reciben la mejor respuesta.
Un líder consciente es aquel que no solo entiende su propia identidad, sino la identidad de quienes lo rodean y de la organización que representa. Cada persona tiene una personalidad de base. Tener conciencia de ella y entenderla mejora su liderazgo.
Es imposible ser un líder eficaz sin esta característica. A menudo, el fracaso acompaña al liderazgo. Quienes no tienen determinación, jamás se recuperan ni se reponen de él. Cuando la determinación se diluye, el liderazgo empieza a fallar. La determinación no se toma vacaciones ni se enferma: trabaja todos los días.
Un gran líder debe tener fe en que le irá bien. Pero, de la misma forma, debe tener fe en su gente y en la organización. Los mejores líderes creen en sí mismos. Es crítico que para que tu organización y quienes te rodean crean en ti, primero creas tú en ti mismo.
Los líderes buscan permanentemente ideas nuevas y lugares distintos dónde hallarlas. Los líderes no temen pedir ideas nuevas a los demás. Para mejorar sus productos y servicios, las empresas necesitan ideas nuevas constantemente. Y algunas de las mejores ideas provienen de la inspiración de algo o alguien más.
Un líder eficaz sabe controlar sus emociones y no permite que los demás controlen sus emociones ni le digan cómo reaccionar. La fuerza de voluntad es fundamental para todo líder y es absolutamente necesaria para el éxito. La vida y los negocios son muy similares y casi nunca ocurren como lo planeamos, así es que hay que estar preparado.
Paciencia significa que no importa cuál sea el desafío: El líder nunca se rinde. Tu empresa y tu equipo perciben esto y responden en consecuencia. La paciencia va de la mano del compromiso, lo cual significa que cuando un líder dice algo, eso hace. El líder emprende acciones y da el ejemplo. Cuando ocurre esto, la gente y las organizaciones reaccionan en consecuencia.
Este artículo se publicó originalmente en la edición de invierno de 2016 de la revista PPC. Artículo de Kevin Coughlin, escritor y orador que brinda soluciones viables a las pequeñas empresas que consideran la posibilidad de un cambio estratégico, así como claves para competir en un mercado en expansión. Conozca más consejos sobre desarrollo y gestión comercial aquí.