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Javier y Oscar Sánchez empezaron su propia compañía contratista de pintura comercial en 2010. Aún en plena recesión y financiados con el pequeño capital de una devolución de impuestos, los propietarios de SB Painting & Waterproofing lograron abrirse paso rápidamente en el mercado de West Palm Beach, Florida.
Nacidos en Nicaragua, su padre los trajo muy pequeños y los familiarizó con el mundo de la construcción. Ya mayores se hicieron supervisores y representantes de ventas de firmas de pintura hasta que decidieron dar el gran salto. “El sueño de mi padre siempre fue que algún día tuviéramos nuestra propia compañía”, dicen.
Hoy la firma ofrece una amplia gama de servicios de pintura comercial y residencial, cubriendo construcciones nuevas, repintados y edificios de gran altura, y han ampliado su mercado hasta Key West y las Bahamas.
La mayoría de sus veinte empleados son familiares o, en todo caso, amigos que son como de la familia. “Mi cuñada hace la contabilidad, mi hermana mayor que era maestra se dedica a los contratos, mi papá supervisa la calidad, mi hermanita que trabajaba en un mall es nuestra secretaria, tengo un primo que pinta y un amigo trabaja como representante”, dice Oscar Sánchez, el menor de los hermanos.
¿Su secreto para triunfar? “Además de haber tenido experiencia de ventas y desarrollar una buena química con los clientes, hay que trabajar duro y mantener siempre la integridad,” sostienen.
Fue cuando decidimos abrir nuestro propio negocio familiar. Con nuestros años de experiencia en la industria y el apoyo de nuestra familia y amigos, tomamos la oportunidad y pusimos nuestra compañía en las manos de Dios. Al principio pensábamos que no conseguiríamos la licencia, pero gracias a las referencias de algunos clientes y proveedores, incluyendo a Sherwin-Williams que nos asesoró y nos abrió las puertas de sus líneas de crédito, no tuvimos problemas.
Cuando iniciamos la empresa, aunque ya estábamos bien entrenados nos discriminaban por no tener suficientes referencias. Felizmente un gran proyecto nos cayó del cielo y desde ahí comenzamos a paso firme. Otro reto fue que, siendo empresarios primerizos, queríamos hacer todo lo posible en cada proyecto pero aún así a veces no alcanzábamos la esperada satisfacción del cliente, entonces teníamos que aceptarlo y aprender de ello.
Poder trabajar con la familia y saber que todo aquel que se nos une se convierte en familia. Tenemos la bendición de haber construido un equipo que nos ayudará a obtener no sólo nuestros objetivos sino también los de ellos.
Nos lo dio un buen amigo de nosotros. Nos dijo: “Hagan las cosas de la manera correcta, ya sea en lo personal o en los negocios. No le hagan mal a nadie, y nunca mientan. Nunca pierdan su integridad. Eso les hará triunfar en la vida.”
Asegúrense de empezar construyendo su negocio sobre una base sólida, con humildad, trabajo duro y dedicación.
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