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Que lo viejo vuelva a ser nuevo: Pintar gabinetes y muebles

   

Que lo viejo vuelva a ser nuevo: Pintar gabinetes y muebles

Pintar mesas, sillas o bibliotecas viejas también ayuda a que no terminen en el basurero.

El hecho de pintar gabinetes y muebles viejos o un poco desgastados puede infundirles nueva vida… y generar un contraste espectacular en cualquier habitación. Los clientes que deciden repintar sus muebles, consideran que el impacto estético y ambiental son muy importantes para conservar sus muebles. “Eso les permite mantener por mucho tiempo los gabinetes y demás muebles de finas y además el estilo y calidad de acabado de épocas pasadas”, indica la diseñadora Esther Sadowsky, propietaria de Charm & Whimsy en la ciudad de Nueva York. “Además, un mueble más reciente puede recuperar ese aspecto de nuevo. O, si el cliente aprecia el aspecto gastado de un objeto que se está pintando, es un método excelente para conservar o recuperar el aspecto original”.

Por otra parte, algunos propietarios de viviendas quieren que sus muebles parezcan nuevos, y la pintura puede lograr el estilo adecuado. Sadowsky cita el ejemplo de dar un nuevo acabado a los gabinetes de cocina, una opción popular entre los propietarios de vivienda de hoy en día, que conlleva otra ventaja: el ahorro de dinero.   “Si un cliente quiere que unos gabinetes pintados en color ultrabrillante luzcan como si los hubieran pintado con rociador y con un acabado resistente, la pintura es mucho menos costosa”, señala. “Varias capas de pintura ultrabrillante con el lijado adecuado entre capas, sumado a una capa de acabado resistente, pueden producir una apariencia muy similar a la de los muebles de fábrica de lujo”.

En el caso de propietarios que estén remodelando por completo sus cocinas, repintar sus gabinetes puede aliviar sus presupuestos para realizar otras mejoras. “Yo uso un enfoque de alto/bajo en cuanto al diseño, en el que si uno gasta menos en un área, puede despilfarrar en otra”, explica Barbara Brown Roessler, una diseñadora de interiores de Orlando. “Tal vez el cliente pueda comprar ese equipo con certificación ENERGY STAR que no habría podido permitirse si no ahorraba dinero repintando sus gabinetes”.

Pintar mesas, sillas o bibliotecas viejas también ayuda a que no terminen en el basurero. “Las pinturas sin o con bajo contenido de COV (compuestos orgánicos volátiles) motivan a los clientes a repintar sus muebles viejos, dice Brown Roessler. Es posible dar  nueva vida a los muebles viejos cuyo acabado ha sido desgastado por el tiempo”. “Durante muchísimos años no nos dimos cuenta de cómo las sustancias químicas que usamos en nuestros hogares y lugares de trabajo afectaban la calidad del aire y nuestras vidas. Cada vez es más frecuente que mis clientes respondan positivamente ante la oportunidad de vivir en condiciones más saludables”, además de ser una solución estéticamente agradable.

Desde el punto de vista técnico, los diseñadores tienen que aplicar las técnicas adecuadas para garantizar un trabajo de calidad, tanto en la preparación como en el acabado. “Para lograr un resultado óptimo, es muy importante conocer los tipos de pinturas, brochas, acabados y las clases de madera sobre las que trabajas”, afirma Sadowsky.

Es más, ella sugiere que los diseñadores busquen asesoría externa cuando sea necesario. “Si el diseñador es talentoso y está calificado para hacer el trabajo él mismo, genial; pero si no, contrata a un profesional”, como un muralista o artista, aconseja. “Recuerda que estás trabajando con el mobiliario del cliente y que no quieres cometer un error grave que pueda ser irreparable o costoso”.

La decisión de repintar muebles puede presentar muchas oportunidades nuevas para los diseñadores. Para uno de sus proyectos, Brown Roessler reprodujo el mural favorito de un cliente en el frente de un gabinete. “Se convirtió en un tema de conversación”, dice. La diseñadora también tiene cuidado de no pintar reliquias de familia. “Uno jamás quiere quitarle valor a un objeto de ese modo, pero todos tienen cosas viejas en sus casas, y es sorprendente lo que se puede hacer con ellas”.

Sadowsky recuerda un proyecto memorable en el que pintó la mesa de un comedor, una mesa grande y redonda deteriorada por el paso del tiempo. “La clienta tenía un conjunto de maravillosos cubiertos que reproduje en cada lugar de la mesa, con los colores exactos. Después, ella ponía la mesa de ese modo, para deleite de sus invitados. Uno no puede comprar algo así para darle a un mueble viejo un aspecto renovado y fresco”.