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Publicado originalmente en STIR®
Por Kitty Shea
Es casi como traducir para un diplomático: debemos escuchar que quieren los clientes para luego revelarles lo que realmente quieren. Como sabe cualquier diseñador residencial experimentado, “quiero una cocina blanca” puede significar muchas cosas distintas.
“El noventa y cinco por ciento de mis clientes vienen con una foto de HGTV.com o Pinterest, y es la típica cocina blanca: Countertops de mármol blanco y azulejos blancos de cerámica”, comenta la diseñadora Kathryn Salyer de Williamsburg, Virginia. La experiencia de Salyer en el diseño de cocinas y en la atención a las necesidades del cliente le permiten reconocer que: “Lo que realmente les encanta a los clientes es el ambiente fresco, limpio y vibrante”.
Veamos, por ejemplo, esta cocina por la que Salyer obtuvo el segundo puesto en el Thermador Kitchen Design Challenge, además de un cliente satisfecho. (“No es que no sea blanco”, dijo la clienta. “¡Tengo gabinetes blancos!”)
La clienta y su esposo en principio pidieron la opinión de Salyer sobre el diseño de los ambientes en su hogar: no tenían sala de estar ni comedor propiamente dichos. La casa ubicada en una comunidad privada en Williamsburg, fue construida por Cartwright Construction, es de estilo colonial, de ladrillo y tiene un vestíbulo central. Con dos hijos de 5 y 7 años, él tiene un negocio, ella es vicepresidenta de ventas, y ambos viajan al exterior con frecuencia debido a su trabajo, por lo que ansiaban tener un lugar abierto y utilizable que les permitiera compartir con la familia el tiempo que pasan en casa.
Para Salyer, el “plan de espacio abierto” significaba que tenía menos paredes para colocar gabinetes. La solución: Su diseño típico, una cocina grande como una isla, con gran capacidad de almacenamiento y espacio para las comidas diarias. Dado que para Salyer el diseño de la cocina era anticuado, re-diseñó los espacios de acuerdo a zonas de uso. Ubicó el refrigerador lo suficientemente cerca, pero fuera de la zona para cocinar y más cerca de la sala.
Salyer cree fervientemente en vivir de manera auténtica. Evitó hacer viajes a Nueva York para buscar telas lujosas y, en lugar de eso, eligió materiales adecuados pensando en el largo plazo. “Vivimos en nuestras casas. No importa cuán grande sea tu casa o cuánto dinero tengas, se trata de averiguar cómo vivimos y cómo nos gustaría hacerlo”, afirma. “Ese, sin dudas, es mi mantra fundamental. Quiero poder poner un perro en el fregadero de la cocina y dejar que salpique por todas partes, si fuera necesario”.
Salyer traslada creativamente su concepto de durabilidad a los productos de pintura. Pintó las paredes con la Pintura látex para Interiores con cero COV ProMar 200® de acabado sin brillo y las molduras con el Esmalte alquídico-acrílico para Interior a base de agua ProClassic® en su variedad semi-brillante.
“Realmente me gusta la opción cero COV (en ProMar 200) cuando trabajo en una casa en la que hay niños, y ProClassic tiene una hermosa textura lisa para las molduras”, comenta Salyer sobre sus elecciones de revestimiento.
Como madre de tres hijos que están llegando a los veinte, el concepto de “tiempo en familia” de Salyer pasa por recuerdos de volcanes para la feria de ciencias en el medio de la cocina y, en consecuencia, la necesidad de materiales duraderos que no se dañen fácilmente. “Una de las cosas que menciono, y odio decirlo, es que soy un poquito mayor y he criado a mis hijos”, dice Salyer.
La experiencia y sabiduría de Salyer también resultaron valiosas al momento de seleccionar la paleta de colores para el cliente. Salyer no creía que sus clientes tendrían que repintar o reinvertir en mobiliario (las piezas fundamentales, como los llama) hasta que sus hijos se graduaran de la preparatoria. Así que, en lugar de elegir una paleta de colores demasiado vanguardista, Salyer elgió para interiores una gama de colores más tradicional.
Salyer guió al cliente para que elija Beige Equilibrado (SW 7037) para las paredes y Alabastro (SW 7008), el color del año 2016 de Sherwin-Williams, para los gabinetes y las molduras. Es uno de los colores de preferencia de Salyer. “Alabastro no es un blanco brilloso. Tampoco es un blanco frío. Tiene una cierta calidez, pero no es beige ni blanco opaco, no luce pálido o completamente sin brillo”. Es un color limpio y fresco¨expresa Salyer.
Si los gabinetes de cocina tienen este color, Salyer insiste en aplicarlo en toda la casa, para que Alabastro llegue a todas las molduras de corona, revestimientos de madera, columnas, marcos de ventanas y molduras. “No me gusta mezclar colores allí”, comenta. “Odio que una parte de la moldura de corona de un lado del gabinete sea de un color y que del otro lado sea diferente”.
“Los grises son muy populares ahora”, dice Salyer, “son parte de estar a la moda o ser cool”. Si usamos telas de colores de moda, fáciles de adaptar, “tendremos una cocina moderna. Elegimos una paleta cool, pero no demasiado gris, cálida, pero no dorada. Los dorados son un poco de señora mayor y ya los han utilizado demasiado. Esta es una zona muy colonial, recuerden”.
Cuando necesita darle vida a un ambiente , el diseño de Salyer incluirá fácilmente alfombras de colores como azul marino, turquesa, incluso naranja, con unos almohadones y otros “pequeños elementos de moda”, comenta la diseñadora.
La dueña dijo que es justo lo que quería: blanco, pero con profundidad, dimensión y muy hogareño. Y como dice Salyer en su sabiduría: “Lo que realmente les encanta a los clientes es el ambiente fresco, limpio y vibrante”. Es como si ella hubiera sabido todo el tiempo cómo traducir exactamente lo que su clienta pedía desde el inicio.
Gabinetes y molduras
PAREDES
Este artículo se publicó originalmente en la Edición Especial de STIR 2016.
