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El efecto ombré

   

El efecto ombré

Por Holly O’Dell

Crear un efecto que llame la atención hacia las paredes, muebles y demás mediante la transición gradual de un color de claro a oscuro.

Si se fijan en algún evento de alfombra roja reciente o en un programa de televisión, seguramente verán alguna celebridad con el cabello con efecto ombré: se trata de un estilo de dos tonos en el que se dejan las raíces oscuras y gradualmente el cabello se va aclarando. Sin embargo, el ombré (que en francés significa “sombrear”) no está restringido a la industria de la belleza. Diseñadores de interior y pintores están empleado esta técnica, según la cual el color se degrada de claro a oscuro o viceversa para crear un efecto sutil y único.

En mayo, en su puesto en la Hospitality Design (HD) Expo 2014, Pacific Hospitality Design Inc., cuya sede está en Los Angeles , presentó mobiliarios a medida de metal y madera para los que se utilizaron acabados Sherwin-Williams® con el fin de crear un degradado desde el cobalto intenso hasta el azul muy claro.

«Me gusta cómo el ombré usa el mismo color para lograr un aspecto monocromático», cuenta Ana Maria Martinez-Stumpo, diseñadora de muebles y vicepresidente de Pacific Hospitality Design. «También me gusta llevar la moda a los muebles, y el efecto ombré que vemos en el cabello queda hermoso aplicado al mobiliario».

Formada en pintura decorativa, la diseñadora de interiores Marina Klima Goldberg de Klima Design Group de Morganville, New Jersey, utilizó la técnica ombré en todo, desde bordes de cortinas hasta las cubiertas de ventilación. «El ombré es más que una tendencia pasajera», opina Goldberg. «Se lo puede usar en cualquier escenario: tradicional o moderno. El efecto es sutil, y por eso es difícil que canse».

Muchos diseñadores están usando la técnica ombré para darle carácter a espacios olvidados o tradicionalmente oscuros. Teri Pollard, ASID, IIDA, CID, diseñadora de interiores y directora de Designworks Morgan Hill de Morgan Hill, California, implementó el efecto ombré para dar profundidad a las escaleras. «El ombré otorga interés visual a una escalera que está en un lugar que, de otra forma, solo sería un medio para ir de un piso a otro», explica Pollard.

«Al revisar las muestras de colores de la pinturería, el fabricante ya ha preparado los degradados por nosotros e incluyó entre tres y cinco combinaciones por tarjeta», continúa. Pollard sugiere seleccionar, por lo menos, tres de las combinaciones. También aconseja comenzar desde arriba, pintando dos contrahuellas de cada color e ir desde muy claro a oscuro. «Usar el color más claro arriba da la sensación de subir hasta el cielo», explica Pollard, «y usar el más oscuro en la base de la escalera, da firmeza».

Pollard aplicó el mismo principio a los paneles de madera con ranura y pestaña, de altura completa de una casa de veraneo para modernizar un cuarto oscuro. Primero aplicó imprimador a los paneles, luego pintó dos anchos de panel a la vez, y para esto utilizó blanco cálido, beige arena, lino oscuro y piel de papa; luego, fue repitiendo la secuencia.

Según Pollard, este tratamiento le agregó brillo, ritmo e interés a los paneles tan moderados. «Encontré linos en los matices que usé en los paneles, y cambió toda la atmósfera del cuarto».

Consejos sobre la técnica

Un buen tratamiento ombré depende de la mezcla correcta de pintura y esmalte para alcanzar las proporciones y la consistencia adecuadas. Goldberg sugiere practicar primero con muestras. Por lo general, aplica imprimador a una pieza de cartón de 20″ x 30″ y empieza a experimentar. Coloca cinta de enmascarar azul en el cartón, pinta encima, la quita y con un pincel dispersa la línea que divide los colores y suaviza el degradado. «Piensa que estás maquillando un ojo y buscas darle un efecto difuminado», explica Goldberg.

Además de la pintura, los diseñadores lograron el efecto ombré valiéndose de accesorios de tela, como los revestimientos de paredes y la tapicería. Mientras Martinez-Stumpo encontró telas de moda con efecto ombré, estos materiales no se aplican demasiado para usos de tapicería. «En cambio, encontraremos distintas telas del mismo tono que vayan de oscuro, a intermedio a claro, y las cortaremos y las coseremos formando un degradado», cuenta.

Lo que sigue en la lista de Martinez-Stumpo: experimentar con acabados metálicos. «Estoy pensando en una pieza que vaya desde un bronce a un peltre, a un cromo, o que empiece con cromo y termine con vidrio», dice Martinez-Stumpo.

Ya sea que se busque lograr un color degradado en una pared, un mueble, tapicería o un elemento decorativo, «hay que cuidar que el cambio de tonos sea sutil», explica Pollard. «De lo contrario, se verá un diseño de franjas en lugar de un ombré».