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La diseñadora de interiores Debra Christy de Wake Up Your Space, ubicada al sudeste de Michigan recuerda muy bien el día que supo que un proyecto de diseño enorme (y enormemente significativo) se haría realidad.
Hace casi tres años comenzó a trabajar con la Sociedad americana de diseñadores de interiores, sección de Michigan (ASIDMI) para ayudar a rediseñar un refugio para mujeres llamado Turning Point.
“Era un proyecto muy grande y sabía que necesitaría mucha ayuda”, cuenta Christy. “En un principio, solo trabajábamos en las áreas de niños y residentes, pero los miembros de la comisión del refugio estaban tan impresionados con nuestra propuesta que nos preguntaron si podíamos hacer lo mismo en todo el lugar”.
Allí fue cuando Debra comenzó a realizar llamadas telefónicas. Una de las primeras fue a su vecina, la diseñadora de interiores y miembro de la ASID Linda Shears. Además, su lista incluyó a Dwane Adle, ASID; Tina Rossi, socia de la ASID; Kimberly Blum-Parrish, estudiante de la ASID y Eileen Minna, ASID. Los miembros de la Coalición de diseñadores de interiores para el cambio (IDCFC, por sus siglas en inglés) también se sumaron, entre ellos, Carolyn Dwyer, Cheryle Segal, Sandra Stacey y Sara Olson.
Después de formar equipo con el arquitecto Patrick Findlan, la Ejecutiva de cuenta de diseño Rebecca Luckhardt de Sherwin-Williams (un socio industrial de ASID) y múltiples comercios, Christy respiró más aliviada. Con esta riqueza de talentos trabajando en conjunto, ¿qué podría salir mal?
“Fue muy conmovedor para mí recorrer el refugio original”, dice Christy. “Había ropa sucia en el área de la cocina, el área de los niños era un desastre, las puertas de seguridad eran, en el mejor de los casos, dudosas. Todo era tan… en fin…”.
Rápidamente el equipo se puso a trabajar. A pesar de que todos eran de diversas formaciones y tenían estilos diferentes, compartían un fuerte sentido de la misión: ayudar a la comunidad, a los residentes y a las familias de Turning Point y lograr que el refugio fuera un lugar acogedor, tranquilo y libre de amenazas.
Naturalmente, el color fue lo primero que pensaron. De hecho, sus elecciones de colores ayudaron a que el proyecto ganara el concurso nacional de Proyectos de servicio a la comunidad ASID 2014. Este premio se otorga todos los años a una sección cuyo servicio comunitario mejor represente el espíritu del diseño puesto al servicio de los demás.
“Pareciera que todos los miembros se acomodaron enseguida a su espacio de responsabilidad”, cuenta Shears, quien diseñó junto con Adle el espacio de actividades para los niños. Dwyer supervisó la creación de cómodas oficinas y áreas administrativas, Rossi armó 13 dormitorios acogedores para residentes, y Blum-Parrish armó un cálido espacio de estilo familiar para cocinar y comer.
“Todo fluyó según nuestras selecciones de colores”, comenta Christy. Eligieron la mayoría de los elementos decorativos y la pintura para paredes basándose en los colores del logotipo de Turning Point: verde y púrpura. “Ambos son colores que transmiten sanación y paz”, cuenta Dwyer.
“Debimos ser muy cuidadosos con respecto a nuestras elecciones. Por ejemplo, el arte debía transmitir serenidad y no miedo, y no hacer alusión alguna a la violencia, en particular, si la ejercen hombres”, dice Christy. “Como diseñadores, eso no es algo que se aprenda en la universidad. Debíamos asegurarnos de que los colores fueran sanadores y cálidos, ya que las mujeres llegan al refugio luego de vivir situaciones muy traumáticas, y pueden quedarse hasta 90 días”.
La sala de reflexión (en la que hay una mecedora, un escritorio, almohadas y almohadones cómodos y más) invita a las residentes a sentarse y relajarse. Es un espacio seguro para que las residentes puedan reflexionar sobre su futuro. Aquí, los diseñadores eligieron la pintura Travertine (SW 7722) tipo terracota para la pintura de la pared. “Es un color cálido, alegre, y el acento púrpura (de los muebles y accesorios) está dado por un lavanda suave y claro”, cuenta Christy.
El espacio para los niños está inundado de Rice Paddy (SW 6414), que combina de una forma muy agradable con el guardasillas teñido de Bright Cherry (SW 3109) y un empapelado divertido.
También se utilizó el color Rice Paddy en la cocina y el lavadero. Blum-Parrish recuerda que los gabinetes de la cocina iban a ser blancos, pero sintió que eran “demasiado insulsos y no transmitían la calidez del hogar”. Ya que este espacio estaba destinado a la reunión (madres e hijos cocinando y comiendo juntos), Blum-Parrish se decidió por muebles de madera cálida y pisos de porcelana verde claro; ambos resultaron complementos perfectos para el color Rice Paddy.
Frosty White (SW 6196) decora el vestíbulo y las oficinas. Su tono de base gris característico logra un aspecto plateado que se compensa muy bien con los acentos violetas de los espacios.
En cada una de las habitaciones de las residentes, Rossi pintó tres paredes con Travertine, y la cuarta pared, con un color único. “Entre todas las cuchetas, las mesas de noche y los armarios, el color del Travertine y las paredes con su acento característico hacen que la habitación se sienta como un hogar: familiar, pero especial”, dice Rossi.
Entre otros colores de Sherwin-Williams que se utilizaron están el Hot Cocoa (SW 6047) para las escaleras, Pure White (SW 7005) para los cielorrasos y sofitos, y Modest White (SW 6084) para los baños.
“El diseño de interiores puede transformar la vida de las personas”, asegura Christy. “El nuevo edificio de Turning Point es acogedor, seguro, limpio y tranquilo. Creo que nuestras elecciones de diseño ayudan a estas residentes a renovar su dignidad.”
